El calor, el sudor y el exceso de humedad suelen provocar más brillos, poros obstruidos y, en muchos casos, brotes de acné. Lo que ocurre es que las glándulas sebáceas se activan y dan lugar a esa textura más oleosa. Sin embargo, con los cuidados adecuados y una rutina bien estructurada, es posible mantener la piel grasa en verano equilibrada y saludable incluso en los días más calurosos.
Limpieza diaria
La limpieza es un paso imprescindible tanto para las pieles grasas como para todo tipo de pieles. En el caso de la piel grasa es fundamental limpiar la piel en profundidad, pero sin agredirla, pues esto podría incrementar la acumulación de sebo. Opta por un limpiador suave que elimine el exceso de sebo y las impurezas sin resecar. La limpieza adecuada, tanto por la mañana como por la noche, es fundamental para mantener la piel grasa bajo control y prevenir la aparición de granitos e imperfecciones.
Hidratación ligera pero efectiva
Un error común es pensar que la piel grasa no necesita hidratación, pero es todo lo contrario. Una crema hidratante ligera, preferiblemente en gel, ayuda a mantener el equilibrio natural de la piel. Busca cremas libres de aceites y no comedogénicas para evitar la obstrucción de los poros. Muchos productos incorporan en su formulación seborreguladores y no contienen perfume, lo que sería un producto ideal para este tipo de pieles. Es fundamental que todos los productos utilizados, incluido el maquillaje, cumplan con estas características para prevenir que las propias fórmulas aumenten la producción de sebo.
El protector solar es un imprescindible, incluso para la piel grasa. Escoge uno de textura ligera o en formato gel, que sea matificante y no comedogénico. Además de protegerte de los rayos UV, ayudará a prevenir manchas y el envejecimiento prematuro de la piel.
Cuida tu alimentación e hidratación
Lo que comes también se refleja en tu piel. En verano, prioriza alimentos frescos como frutas y verduras, que aportan antioxidantes y vitaminas. Evita especialmente los alimentos que generan inflamación, como las harinas refinadas, las grasas saturadas y los azúcares simples. En resumen, los ultraprocesados.
Además, es muy importante beber suficiente agua para mantener tu piel hidratada desde el interior.
Aunque el verano puede ser complicado para la piel grasa, con los cuidados adecuados y los productos correctos, puedes mantenerla bajo control y lucir un rostro fresco y saludable. Si necesitas asesoramiento personalizado, en Clínica Manzanares estamos aquí para ayudarte. Nuestros expertos pueden recomendarte tratamientos específicos para cuidar tu piel y adaptarla a las necesidades del verano.